Cuando tenemos frente a nosotros un paciente con autismo o TEA, nos damos cuenta que tienen por propia naturaleza un ritmo específico.
Yo como musicoterapeuta dentro de este encuadre puedo ejecutar movimientos pausados, sincronizados a diferentes velocidades, acompañados de la voz.
Mi paciente por lo tanto experimenta sensaciones visibles de bienestar , estimulantesy va archivando comportamientos rítmicos naturales.
De este modo los niveles perceptivos-cognitivos se van ensanchando palpablemente al igual que el aprendizaje del esquema corporal.
Queda demostrado cómo le agrada la voz o la presentación de un sonido.
El timbre de su propia voz es el instrumento más cercano y terapéutico de los que disponemos los musicoterapeutas.
La capacidad del musicoterapeuta de saber proyectarla, modularla y regularla es un elemento clave para los logros que con Anabella quiero llegar..
Les recuerdo que ella no dejaba abrazarse, tocarse....arrimarse.
Les comparto esta parte de la terapia.
Bravo Ana!!!!
La inserción de la Musicoterapia en Panamá es una responsabilidad social de todos.
Cariños,
Lic Sandra Schvetz.
#sandraschvetzmusicoterapiaenpanama